ácido, carbón y mercurio

Sancocho de ácido, carbón y mercurio...
Por: JUAN GOSSAÍN periodista Colombiano/ CARTAGENA DE INDIAS | Diciembre del 2010. Publicado en el periodico El Tiempo.

El alcatraz que vuela entre mis sueños lleva en su enorme pico una quimera... (Walt Whitman, Hojas de hierba).
Una mañana de mayo pasado, los viejos madrugadores del pueblo de Marytown, perdido en las costas que bordean el sudeste de los Estados Unidos, se levantaron como todos los días a echarles unas migajas de pan a los pájaros marinos que merodean con mansedumbre por los patios y que se han ido convirtiendo en sus amigos.

Lo que vieron los dejó espantados: las gaviotas de cabeza negra, que son tan bellas, también tenían negro el plumaje. Del pico les goteaba una mancha babosa. No podían levantar el vuelo de la arena, con las patas hundidas en una masa de chapapote pastoso, como el asfalto cuando se derrite. Una de las gaviotas miró a la gente pidiendo ayuda.

Según cuentan los testigos, más allá de la playa, cerca del río, tres garzas morenas habían muerto con los ojos despepitados. El guiso espantoso que navegaba corriente abajo, matando todo lo que se le atravesara, era la mezcolanza de petróleo crudo de la empresa British, que cayó pocos días antes a las aguas del Golfo de México.

A esa misma hora los alcatraces de la bahía de Santa Marta, al norte de Colombia, desayunaban su ración cotidiana de buñuelos de carbón. El periodista Antonio José Caballero, grabadora en mano, esperaba en la playa el regreso de los pescadores que habían salido a trabajar temprano. Mientras aguardaba, la cámara de su teléfono celular retrató la pala enorme de un barco carbonero que arrojaba al mar el polvo negro que sobró en las bodegas.

A esa misma hora, en las playas legendarias de Juanchaco y Ladrilleros, cerca de Buenaventura, los lancheros de cabotaje que llevan carga y pasajeros por los pueblos que se arraciman en las orillas del Pacífico limpiaban sus motores preparándose para un nuevo día de trabajo. Como si fuera la cosa más natural del mundo, arrojaban al mar el contenido de unos tanques repletos de residuos de gasolina, queroseno y diésel. Un langostino magnífico, que medía un jeme, iniciaba el día tomándose su primera taza de combustible. Cuando vi la fotografía en El País de Cali me dieron ganas de echarme a llorar.

A esa misma hora, en la zona industrial de Cartagena de Indias, abierta sobre la bahía del Caribe resplandeciente, los trabajadores de una compañía empacadora se sentaron a desayunar en los comedores de su empresa. En ese momento volvieron a ver, como venía sucediendo en las mañanas más recientes, que una nata de tizne cubría la superficie del café con leche, y que una mermelada negra, tan semejante al betún de limpiar zapatos, se había pegado al pan y al queso blanco.

Entonces, no aguantaron más. Se levantaron todos, sin que nadie los hubiera convocado, y comenzaron a golpear los platos contra los mesones. La algarabía se oyó en media ciudad. Las autoridades ambientales ordenaron el cierre de un muelle vecino, que se dedica a cargar carbón a cielo raso, sin mayores precauciones ni cuidados, sin tubos cerrados ni conductores protegidos. Seis días después el muelle fue reabierto.

A esa misma hora, en la región acuática de La Mojana, que cubre un gigantesco territorio húmedo de los departamentos de Bolívar, Sucre y Antioquia, bajaban resoplando los ríos Cauca y san Jorge, que se desbordan en caños y ciénagas. El apóstol Ordóñez Sampayo, que se ha gastado la vida defendiendo de la contaminación a campesinos, cosechas y animales, apareció en la plaza de Guaranda con el dictamen médico en la mano: los doctores certificaban que los tres niños que nacieron deformes tenían mercurio en el sistema sanguíneo.

El terrible mal de Minata, como lo saben los japoneses, porque las empresas en cualquier parte del mundo, en Tokio o en Majagual, arrojan porquerías químicas a las corrientes, y primero se pudren las aguas, y después nacen degenerados los peces y los camarones, y después nacen sin ojos los niños cuyas madres, en aquellos caseríos extraviados de la mano de Dios, consumen esa agua y esos pescados.

En las cabeceras de ambos ríos, las compañías mineras, que buscan oro entre la tierra, hacen sus excavaciones con un sancocho de mercurio y ácidos. Arroyos y acequias se llevan el mazacote. Los bocachicos mueren con la boca abierta en los playones. Las espigas de arroz no volvieron a crecer.
En medio del desastre causado por las inundaciones, y como si fuera poco, las yucas harinosas de antes florecen ahora con un hongo químico a manera de cresta. El hambre campea entre los pocos ranchos que no se ha llevado el invierno. Las emanaciones de las lagunas huelen a lo mismo que huele un laboratorio de detergentes.

Hay que decir, también, que los empresarios mineros se defienden diciendo que Ordóñez Sampayo está loco. Claro que está loco: ningún hombre cuerdo expone su pellejo ni dedica su vida entera a defender a un ruiseñor, una mojarra, un plátano pintón, una mazorca de maíz o a una mujer embarazada que carga un fenómeno en el vientre.

Epílogo

Aquella mañana, cuando los pescadores de Santa Marta regresaron a la playa, el periodista Caballero los acompañó en su tarea de descamar y abrirles el buche a los escasos pescados que traían.

-¿Qué es eso? -preguntó, intrigado, al ver unas bolas negras en el estómago de un bagre.
-Carbón, amigo -le contestó uno de ellos, levantando el animal-. Pelotas de carbón. Eso es lo que comen ahora.

Caballero tomó más fotografías y se las llevó a algunos funcionarios de la industria carbonera.

-No se preocupe -le contestó el gerente-. Vamos a construir un nuevo muelle de última generación.
-No lo dudo -dijo el reportero, con una mueca de dolor que parecía sonrisa-. No lo dudo: será la última generación.

El día que Caballero me contó esa historia, y me enseñó sus fotografías, ya no sentí ganas de echarme a llorar, como la vez aquella del langostino bañado en combustible. Lo que sentí ahora fue rabia. Cuando ya no quede una sola hoja de acacia, cuando el último pulpo haya muerto atragantado con ácido sulfúrico y cuando nuestros nietos nazcan con un tumor de carbón endurecido en la barriga, entonces será demasiado tarde. Dispondremos de computadores infrarrojos de última generación, pero ya no habrá agua para beber; los celulares de rayos láser se podrán comprar en las boticas, pero el sol no volverá a salir; los niños encontrarán el algoritmo de 28 a la quinta potencia con solo cerrar los ojos, pero dentro de 20 años no sabrán de qué color era una golondrina.

Los invito a todos a ponerse de pie antes de que se marchite el último pétalo. Usen el arma prodigiosa del Internet para protestar. Hagan oír su voz. Que el correo electrónico de los colombianos sirva para algo más que mandar chistes y felicitaciones de cumpleaños. Porque, si seguimos así, el día menos pensado no quedará nadie que cumpla años. Ni quién envíe felicitaciones.

JUAN GOSSAÍN

WHERE GOOD IDEAS COME FROM

One of our most innovative, popular thinkers takes on-in exhilarating style-one of our key questions: Where do good ideas come from?

With Where Good Ideas Come From, Steven Johnson pairs the insight of his bestselling Everything Bad Is Good for You and the dazzling erudition of The Ghost Map and The Invention of Air to address an urgent and universal question: What sparks the flash of brilliance? How does groundbreaking innovation happen? Answering in his infectious, culturally omnivorous style, using his fluency in fields from neurobiology to popular culture, Johnson provides the complete, exciting, and encouraging story of how we generate the ideas that push our careers, our lives, our society, and our culture forward.

Category: Contextualization, Effective communication, Internet Usage,
Missions, Relating to culture, Research, Social Networking, Steven Johnson

Turn your Business Idea into Reality

Registration is now open 
for the Talent and Innovation Competition of the Americas, TIC Americas, at www.ticamericas.net

The Young Americas Business Trust, YABT, announces the opening of registration for the Fifth Edition of the Talent and Innovation Competition of the Americas (TIC Americas), as well as the two categories for the 2011 Special Awards: the Talent and Innovation Awards and the Eco-Challenge 2011, which will together make available eight prizes of up to $5,000.

TIC Americas is a platform of opportunities available to the youth of the Americas and elsewhere to create and realize the potential of business ideas.  It is an international competition that awards businesses and accelerates the process of market entry for young entrepreneurs. 
The competition goes beyond the development and evaluation of business plans to include extended phases of support, mentoring, prototype development, networking and international visibility, among others. 
From now until March 1, 2011, young entrepreneurs between the ages of 13 and 36 may register their teams at www.ticamericas.net.  Prizes include incubation and internship opportunities, cash awards and access to spaces for international promotion and business contacts.

For the second consecutive year, YABT and PepsiCo have partnered with the goal of promoting solutions to mitigate the climate change crisis.  In this regard, the Eco-Challenge was created as a special category of prizes in TIC Americas that recognizes youth initiatives that present innovative solutions to environmental problems and water conservation.
The rules and conditions of TIC Americas can be found online at www.ticamericas.net

For more information, contact:
Carlos Mario Lopez, Program Manager for the Young Americas Business Trust  
E-mail: cmlopez@oas.org - Tel: +1 (202) 458 3290. Follow us on Facebook and Twitter http://www.facebook.com/yabtstaffhttp://twitter.com/YABTs

Haz realidad tu idea de Negocio


Participa desde ya!  Están abiertas las inscripciones para la Competencia Talento e Innovación de las Américas, TIC Americas 2011 en www.ticamericas.net

El Young Americas Business Trust, YABT, anunció la apertura de las inscripciones para la Quinta Edición de la Competencia Talento e Innovación de las Américas, TIC Américas, la cual trae consigo para el 2011 dos categorías especiales de Premios: Premios Talento e Innovación y Premios Eco-Reto 2011,  que entregarán más de ocho reconocimientos hasta por cinco mil dólares. 

TIC Américas es una plataforma de oportunidades disponible para todos los jóvenes del continente a la hora de crear y potencializar su idea de empresa. Es una  competencia internacional que premia negocios y acelera el proceso de incorporación en el mercado de jóvenes empresarios.

La competencia va más allá de la elaboración de un plan de negocio pues incorpora extensas fases de acompañamiento, tutoría, desarrollo de prototipo, networking, visibilidad internacional, entre otros.
Jóvenes emprendedores de entre 13 y 36 años podrán desde ya, y hasta el 1ro de  marzo de 2011, registrar sus equipos en www.ticamericas.net. Los premios incluyen oportunidades de incubación y pasantías, dinero en efectivo, así como espacios de promoción internacional y contactos para sus negocios.
Por segundo año consecutivo YABT y PepsiCo se aliaron con el propósito de promover soluciones sostenibles para mitigar la crisis del cambio climático. Por lo cual, nace Eco-Reto 2011 una categoría especial de premios dentro de TIC Américas, que reconocerá iniciativas juveniles que presenten soluciones innovadoras a problemas ambientales y de conservación del Agua.

Las reglas y términos de TIC Américas están publicadas en el sitio web de www.ticamericas.net
Para mayor información:
Carlos Mario López, Gerente de Programas del Young Americas Business Trust.   E-mail: cmlopez@oas.org – Tel: +1 (202) 458 3290.   Síguenos en el Grupo en Facebook: Young Americas Business Trust (YABT), en el perfil  http://www.facebook.com/yabtstaff y en Twitter: http://twitter.com/YABTs